domingo, 28 de julio de 2013

Un pequeño Angel



De esas caminatas en las que aparentemente estas en silencio pero la mente está completamente ruidosa y alterada, en el momento aquel en el que estas por darte por vencida ¿De qué? Simplemente estas por caer porque ya no tienes de adonde agarrarte. 

Con la mirada enterrada en el piso a cada paso que se da, levantándola de vez en cuando para ver por dónde vas. A lo lejos se ve el caminado caótico de una pequeña persona, como si cada parte de su cuerpo tuviera vida propia, con las manos entendidas a su alrededor agarrado firmemente la mano de su progenitor.

Caminaba simplemente por inercia hasta que ese pequeño cuerpo se cruzo al lado mío, era imposible no sonreírle, lo más maravilloso es que me devolvió una inmensa sonrisa como si no pasara nada, como si fuese sido una gran día. Me abrazo, si ese niño que no sabía quien era, ese niño que me sonreía mientras sus ojos miraban algunas veces al cielo, balbuceaba tratando de decir algo, me abrazo. Fue un abrazo de esos que inmortalizan el tiempo, un abrazo de esos que dicen: “Tranquila, todo va estar bien” de esos abrazos oportunos que llegan cuando más se necesitan.

Cuando creí que estaba a punto de caer, reprendiendo al universo y a mi misma por las cosas que pasaban, cuando estuve a punto de sentarme y no seguir, se aparece ese ángel en mi camino y aunque solo sea un niño discapacitado. Joder me devolvió lo que durante el camino estaba a punto de perder.

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