martes, 7 de junio de 2011

UNA VIDA CUCARACHIL

No tengo sueño y la pernicia me mantiene en la red, haciendo y buscando que? aun no lo se y aun no encuentro algo en lo absoluto que me llame la atención. Miro hacia la pared y  hay una cucaracha  a unos metros de donde estoy, no me asombro, no me da asco, no me da miedo solo la observo, solo somos  la cucaracha y Yo. Se me viene a la cabeza la canción que desde pequeños nos aprendimos, quien no se la sepa definitivamente no tuvo niñez.. “La cucaracha, la cucaracha , ya no puede caminar por que le falta, porque la falta la patica principal”.. Pobre cucaracha pisoteada, repudiada y envenenada, es asombroso y divertido la cara de pánico y terror que hace mi hermana y muchos de los caminantes al ver tan insignificante y pequeño animal que lo único que hace es sobrevivir en un mundo de “gigantes”.

 Que poder y sugestión tiene aquella pequeña cucaracha  que a los más grande los hace gritar o causar la mas grande repugnancia que como vil venganza de un solo golpe, una sola pisada terminan con la vida de la pobre cucaracha que se queda medio aplastada en el piso, allí tumbada en solitario sin quien la llore sin quien la extrañe. Pobre cucaracha que vida tan corta y burda ya no puede caminar por que le falta ya no la patica principal sino la vida que ya no tiene,  ¿Qué habrá hecho la cucaracha para merecer trágico final?.

Pero la triste historia de la cucaracha deja mucho que enseñar, de carácter pasivo la pobre cucaracha solo espera lo predecible  e impredecible que es su vida. Y  aun así sale, ante la mirada y expectativa de aquellos viles enemigos repudiadores sabiendo que probablemente  su destino será una muerte violenta y pocamente natural.

Mas yo solo me encuentro mirando a la pequeña cucaracha en una noche perniciosa en la que mis pensamientos están pasivos, no hay caminantes y la función burda de aquel titiritero aun no está por comenzar. Mientras espero la hora de la función  miro a la cucaracha, ruego porque Morfeo me venga a visitar,  así no tener que mirar toda la noche el techo y a la  pequeña cucaracha.

1 comentario:

  1. Las cucarachas deben ser de mis fobias más grandes, y soy toda una gigantona de 1.74 que ve una y grita y casi llora. Eso sí, yo nunca me atrevo a matarlas, es mucho mi miedo y hasta respeto les tengo. Mientras ellas se mantengan alejadas de mí podemos vivir en paz gigantes y pequeños xD. Saludos, Blue!!!

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